sábado, 4 de octubre de 2014

DE TARJETAS Y EMBARAZOS

DE TARJETAS Y EMBARAZOS

Dos son las noticias que estos días están llenando las redes sociales. Una tiene que ver con la investigación que la Fiscalía anticorrupción ha ordenado realizar sobre una serie de Tarjetas “black” utilizadas durante años por consejeros y directivos de Caja Madrid; y la otra con las preferencias empresariales de Mónica Oriol a la hora de contratar mujeres en una empresa ¿y que tienen que ver una con la otra? me dirán... Pues en apariencia nada, pero en el fondo tienen que ver con dos cosas que últimamente están muy ligadas entre sí y que florecen como las setas del otoño en el que nos encontramos: La desfachatez y el despotismo.


Al parecer fueron dos auditorias internas de Bankia las que pusieron en alerta a la Fiscalía anticorrupción que ha puesto el asunto en manos del juzgado. A resultas de esa información se investiga a 86 directivos de Caja Madrid y Bankia, entre los que se encuentran políticos de varias formaciones (del PP, del PSOE y de IU, como José Antonio Moral Santín), sindicalistas (de UGT y de CCOO), el exjefe de la Casa Real, Ramón Spottorno, y, por supuesto directivos y ejecutivos de Caja Madrid, y luego Bankia, entre los que se encuentran Miguel Blesa y Rodrigo Rato, además de otros muchos nombres según puede comprobarse en la lista adjunta.


¡Y pensar que luego hay partidos a los que se les llena la boca afirmando por activa y por pasiva que no son “la casta"!... pero lo que demuestran cada día es que, si no lo son, al menos son unos "descastados", por no añadir, sinvergüenzas, hipócritas, canallas y chorizos. Y con ellos, todos los que, según dice Pablo Abejas,  ya exdirector general de Economía de la Comunidad de Madrid, conocían la práctica, como Hacienda o El Banco de España, cuando su labor era velar por el buen hacer de la banca; o las empresas que, según dice el portavoz económico del PP, Vicente Martínez Pujalte, utilizan este sistema como “práctica habitual”. Todos ellos incurrieron en un delito. Unos por comisión del mismo, y otros por ocultación y dejadez. Como dice IñakiGabilondo, “una vez más da la impresión de que todos los partidos se hubieran confabulado para llevar en carroza a Podemos”. 

Según los informes se gastaron en tarjetas un total de 15,5 millones de euros, repartidos entre comidas, viajes, compras varias, hoteles, retiradas en efectivo…  gastos privados que no tienen que ver, según el informe de la auditoria interna, con gastos de representación alguno.   Y, además, con una total desfachatez asignaban lo gastado a “errores informáticos” y otras causas,  “con unos plásticos impresos fuera del circuito habitual de la entidad financiera, sin acuerdo de los órganos de gobierno para su atribución a estos directivos y sin contratos”. O sea, que, en este país, quien no cobraba un “sobre” del PP con sobresueldo en negro (y aun cobrándolo vaya “usté” a saber), disponía de “regalos” de la trama Gürtel, y/o tarjetas “black” de libre uso y plena disponibilidad. Y todo eso sin declararlo (¡que menos!) como ingresos en efectivo para poder cotizar a Hacienda. Lo que ya es un delito punible.

Además, que esto se destape en un momento en el que se están echando a familias de sus casas, se están recortando sueldos y servicios sociales y se está creando el mayor número de parados de la Historia de España, mientras estas entidades recibían dineros públicos para pagar sus millonarias pensiones vitalicias, es, cuanto menos, una desfachatez añadida que no puede quedar impune. Tiene que alcanzarles la justicia, incluso más allá de la justicia escrita, en su conciencia, si es que algo les queda.

Al menos se están produciendo dimisiones, que algo es algo… primero fueron dos exconsejeros nombrados a propuesta del PP, Pablo Abejas (como se ha dicho era director general de Economía del Ejecutivo de la Comunidad de Madrid) y María Carmen Cafranga (presidenta de la Fundación Caja Madrid). Más tarde les han seguido cinco nuevas dimisiones: el líder de UGT en Madrid, José Ricardo Martínez; Ángel Gómez del Pulgar, vocal de la Ejecutiva del Partido Socialista de Madrid (PSM); el dirigente de CCOO Rodolfo Benito, responsable de la Secretaría de Estudios de la Comisión Ejecutiva Federal del sindicato; el director de gabinete del secretario de Estado de Hacienda, José María Buenaventura, del PP; y el, hasta hoy, gerente de la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo (EMVS) de Boadilla del Monte, también del PP, Manuel José Rodríguez González.  . El PSOE de Pedro Sánchez ya ha dicho que “expulsará a los militantes que hayan usado las tarjetas de Caja Madrid de forma indebida” y la periodista María Rey se ha apresurado a defender la “honestidad” de un Rubalcaba que en un alarde de extrema contención, dice María, siempre pide “el menú del día” y devolvió la tarjeta al abandonar el cargo en el mismo sobre sin abrir en el que se le había entregado. ¡Que honorabilidad la suya! Conoce los hechos, no los denuncia pudiendo hacerlo, deja que otros de su mismo partido utilicen los fondos fraudulentos, pero él, ¡ojo! Él no los usa…

Otros no dimiten, pero se apresuran a devolver los dinerosgastados, como Rodrigo Rato o lo harán “de forma inmediata” como Arturo Fernández, presidente de la Patronal Madrileña y de la Cámara de Comercio de Madrid,  que en un alarde de preparación y capacitación profesional se ha apresurado a declarar que “nunca sospechó que el uso de la tarjeta 'black' pudiese ser recriminable”… ¡ay que ver! O estamos rodeados de inútiles o el “pantallazo” ese de hacerse el “tonto”, que tan bien le ha venido a la Infanta Cristina, se ha extendido entre nuestros corruptos como una epidemia.


Y siguiendo con los empresarios, la otra protagonista de las noticias del día es Mónica Oriol, quien ha recibido un aluvión de críticas por afirmar en público que preferiría, como empresaria, contratar a una mujer que no se quedara embarazada por el riesgo de gasto que supone. Como de esto ya hay muchas informaciones que se han encargado de explicar la falacia que supone tales afirmaciones, y para no pecar de falta de ecuanimidad, puse en mi muro de Facebook un enlace en el que se explica el contexto en el que Mónica Oriol dijo lo que dijo. La lectura de ese texto me sugiere varias consideraciones y me obliga a realizar varias preguntas:

La Primera ¿De verdad una mujer que se queda embarazada está protegida por Ley a que se le respete su puesto de trabajo durante 11 años? Si alguien puede aclararme este punto se lo agradecería porque es la primera vez que oigo algo como esto y no he encontrado referencia alguna a este “blindaje” laboral de 11 años en la información del Instituto de la Mujer respecto a la mujer embarazada. 

La Segunda... todo este planteamiento choca directamente con los planes de la Ministra Ana Mato que según otra noticia decía algo así como que tenía un plan de apoyo a la maternidad con el que "ninguna mujer tendrá que renunciar a tener un hijo". Así que a ver si se ponen de acuerdo las féminas con altos cargos de este país, respecto a la protección a la maternidad y con ella a la mujer que LIBREMENTE decida, o no, ser madre. 

La Tercera es que aun leyendo todo el texto no me parece que signifique nada que no se entienda igual con la frase de marras. Al final, esta señora está diciendo hoy, en el año 2014, lo mismo que dijo un jefe mío cuando me contrató allá por finales de los ochenta… que había despedido a su anterior secretaria porque se casó y "tendría hijos" y yo tenía apenas unos tontos 18 años de entonces, con lo que lo de los embarazos quedaba lejos... Hoy se evidencia que queda más lejos todavía la libertad de las mujeres.
AlmaLeonor

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